domingo, 8 de mayo de 2011

El cáncer, un reto que se enfrenta en familia


Juan P. Gaitán, estudiante de periodismo, comparte su vivencia en torno a esta enfermedad.

Cuando a un ser querido le diagnostican una enfermedad grave, tu imaginación llega a recorrer las situaciones más dolorosas en tan solo unos cuantos segundos, los mismos que tomas para darte cuenta que respirar se hace difícil y que tus ojos no son capaces de contener las primeras (de muchas) lágrimas causadas por una situación que marcará tu vida.
El cáncer del seno es el cáncer más común entre las mujeres, después del cáncer de la piel. Es la tercera causa principal de muerte por cáncer en las mujeres, después del cáncer de cuello uterino y del cáncer gástrico en Colombia: Aproximadamente 6,500 mujeres en Colombia serán diagnosticadas con cáncer invasivo del seno en este año y alrededor de 1,600 morirán a causa de la enfermedad.
Mi mamá, Olga Lucía Urrea, con 46 años de edad, tiene cáncer, una de esas enfermedades que desearíamos que tan solo se encontrara en las películas de drama, o mejor aún, que ni siquiera existiera.
Eso es algo que podría confirmar una gran porción de los que han sido atacados por esta feroz enfermedad, que con cualidades de francotirador escoge a sus potenciales víctimas al azar, y sin preferencia alguna los obliga a entrar en una carrera por la vida.
-¡Maldita sea! ¡Maldita vida! ¡No me digan que es lo que debo hacer! La que tiene cáncer soy yo, entonces ¡No me jodan! Y ni se les vaya a ocurrir decirme la forma en que debo reaccionar a esta noticia de mierda. 
No puedo afirmar que esas fueron las palabras exactas que mi madre gritó en esa tarde de Agosto del 2009, pero aseguro que no me alejo mucho de la realidad.
Además, hay algo que no podré olvidar: esas lágrimas que se escurrieron suavemente por su rostro, aquellas que cuando las vi, cortaron mi aliento y secaron mi garganta hasta sentir que se desgarraba.
Algo anda mal...
Sentados en una mesa de su restaurante favorito, y esperando que la cena llegara, nos encontrábamos tomando un vino para celebrar el nuevo triunfo laboral de papá. 
Cuando la cena llegó y apenas comenzábamos a probarla, sin decir nada, ella se levantó y rápidamente se dirigió hacia el baño. Regresó cinco minutos después.
"Mamá, ¿estás bien?"-, preguntó mi hermano. El silencio se prolongó por varios segundos, hasta que con la mirada desubicada, y la voz un  poco temblorosa respondió: "Sí, no se preocupen, no fue nada".
Mi papá repitió la pregunta: "Olguita ¿estás bien? ¿Prefieres que nos vayamos para la casa?"
En ese momento no lo sabíamos, pero sería el inicio de una prolongada serie de situaciones en las que mi madre tendría que salir corriendo del comedor hacia el baño. Ahí vomitaba. 
Mientras las semanas pasaban y su cuerpo parecía desparecer, los nervios en la casa se incrementaban. ¡Algo teníamos que hacer! Según ella, cada vez que comía, algo le molestaba en la garganta y la obligaba a vomitar.
Las sospechas de cáncer
El médico descubrió que tenía algunos nodos en la tiroides, y señaló que esos eran los culpables del problema para que pudiera tragar con facilidad la comida. Por eso, le ordenó una biopsia.
Cuando me enteré que le harían ese examen, tuve un desequilibrio emocional momentáneo, pues debo confesar que siempre creí que las cosas malas le pasaban a los demás, es decir, no podía creer ni aceptar la simple posibilidad de que tuviera cáncer.
Algún tiempo después, me contó que se sintió igual que yo, pues siempre había sido consentida por la vida y protegida por Dios,  y según ella, creía que eso no tenía por qué cambiar nunca.
Biopsia de  tiroides: Cita en la mañana
Nuestro apartamento se encuentra a tan solo unas cuadras de la clínica. Por eso, fuimos caminando, mi papá, mi mamá y yo.
El paso que llevábamos era lento, sin fuerza, supongo que eso era porque todos teníamos miedo al resultado que pudiera salir de ese examen, y en el fondo no queríamos llegar.
La sala de espera era muy pequeña, apenas tenía algunas sillas para que los pacientes pudieran esperar cómodamente.
Después de media hora de espera, la más bella de las secretarias llamó a mi mamá y le dijo que podía seguir por un pasillo en donde el doctor la recibiría para la biopsia.
Ella estaba nerviosa, aseguraba que le harían un corte en el cuello y que le quedaría una horrible cicatriz, pero además tenía pavor pues aseguraba que todo eso se lo harían despierta.
"Doctor, por favor duérmame para esta porquería de examen que me va a hacer, estoy muy nerviosa y no voy a dejar que me lo haga si estoy despierta", decía.
"Olga, déjame y te explico en qué consiste el procedimiento. Y verás que no es nada terrible, no tiene nada que ver con lo que imaginas", sostuvo el médico.
"No, doctor, no me diga nada de lo que me tiene que hacer, solo duérmame y ya. Ahí puede cortar y sacar lo que sea necesario", respondió.
Cuando el doctor percibió lo terca que se ponía cuando estaba nerviosa, decidió permitir que alguno de sus acompañantes entrara para que ella se sintiera mejor. Pero él no tenía ni idea que cuando estaba con cualquiera de nosotros, se ponía más caprichosa, y parecía una niña chiquita.
Al final, me hicieron seguir a mí y tomé su mano mientras el doctor utilizaba unas agujas intimidantes por lo largas que eran, pero se les perdía el respeto por lo 'langarutas' que se veían.
Mi madre se encontraba acostada boca arriba y estaba rígida. Parecía una porcelana, de esas que encuentras en la casa de tus abuelos y casi ni las miras, pues temes romper uno de sus delicados deditos.
El doctor se encontraba a su derecha y nos fue explicando paso a paso el procedimiento. Yo estaba sentado a la izquierda de mi mamá y suavemente tomé su mano.
Guiado por un monitor, y con un pulso digno de aplaudir, el doctor introdujo la aguja directo al lugar del que sacaría las muestras.
Algunos días después  los resultados decían que ninguno de los nodos de la garganta era maligno.
La mamografía: un golpe de suerte

La tensión en mi casa comenzó a menguar, pues después de estar un mes creyendo que mi madre podría tener cáncer, los resultados fueron óptimos. Sin embargo, el doctor sugirió un control regular sobre esos molestos nodos para prevenir cualquier sorpresa.
Tan solo unos días después de recibir los resultados de la biopsia, ella tenía que ir donde otro doctor para que le hiciera la mamografía.
"Olguita, estoy sintiendo algo que no me gusta mucho, y debido a lo que me has contado sobre los exámenes que te hicieron, te voy a ordenar una biopsia en el seno, es urgente que te la hagas", manifestó.
Esa noche llegó con la voz entrecortada y triste, y nos contó que había nuevas sospechas de cáncer.
La angustia en mi casa regresó, y como dice la canción, "parecía como si nos quisiera jugar el destino una broma macabra". Aproximadamente cinco días después de la biopsia, el doctor tenía en sus manos los resultados.
Carcinoma en el seno derecho
Ahora no había ninguna duda. Mi madre era parte de la estadística  de mujeres que poseen esa enfermedad. Sus nervios se alteraron al máximo, y sus palabras estaban llenas de ira y desconsuelo.
Pero ¿cómo más podría estar? Si definitivamente, el cáncer es una palabra a la que le tenemos pavor; inclusive muchos preferimos evitarla, hasta el día que decide llegar a tu casa, sin nunca haber sido invitada, y ni siquiera anunciada.
De inmediato, se fijó una fecha para la cirugía: 16 de octubre de 2009, en la Clínica del Country.
A Olga Lucía le hicieron una intervención quirúrgica en la que extrajeron un cuadrante de su seno derecho, y de inmediato, gracias a los avances en la medicina, le hicieron cirugía reconstructiva del seno.
Quien le realizó la cirugía fue el doctor Robledo, un hombre alto, flaco y de aspecto disciplinado, y aseguró que la operación había sido un éxito.
Sin embargo, tendríamos que esperar los resultados del tumor que extrajeron para saber cuál era el siguiente paso a seguir, pues cuando se habla de estas enfermedades, es un camino lento y largo que parece no terminar nunca.
La quimioterapia: el siguiente paso
Las mujeres, a diferencia de los hombres, reflejan su vanidad en el pelo. Por eso lo cuidan, en algunos casos como si fuera un tesoro que la vida les ha dado.
Es la carta de presentación, su arma de seducción, y tal vez, uno de los distintivos más notorios en el género femenino, que no solo las hace felices a ellas, sino que también nos hace soñar a nosotros.
Es por eso que cuando se mencionó el término 'quimioterapia', ella se desbarató emocionalmente y pronunció un discurso que parecía sacado de los más fuertes insultos que se pueden escuchar en un estadio de fútbol. 
La primera quimioterapia

A ese día le teníamos muchísimo miedo, pues sus nervios poco a poco se fueron convirtiendo en impulsos que fueron exteriorizados como agresivas palabras en contra del tratamiento que estaba a punto de comenzar.
-"Buenos días Olga Lucía, yo soy la doctora..."-
-"¿Qué tienen de buenos, si me van a comenzar a meter ese veneno?"-
-"Mira, Olga, te voy a pedir un favor. Intenta relajarte y olvidarte de todo lo que has escuchado de la quimioterapia, pues en todos los casos es diferente"-
Aunque mi madre no le puso atención a esas palabras en ese momento, serían las mas sabias y ciertas que escucharíamos en todo este proceso que estaba comenzando.
La caída del pelo
El vómito, los calores, el mareo, los sangrados repentinos, de todos esos síntomas que en algún momento mi mamá escuchó que tendría solo le dio el primero.
En el día numero 14, como si fuera una fórmula matemática, los mechones de pelo comenzaron a aparecer por toda la casa, y ella tan serena y dulce como los días anteriores a cualquier sospecha de cáncer, decidió llamar a Omar, el peluquero que le había hecho diferentes cortes y peinados durante toda la vida, para que rapara por completo su cabeza.
La calva más feliz del mundo
El relato dice que a Sansón se le fueron las fuerzas cuando perdió el pelo. A mi madre le sucedió algo parecido, pues todas las malas energías y rabias que guardó durante los meses previos, desaparecieron en el momento que afrontó a uno de sus miedos más grandes. Quedar con la cabeza como la de un bebé.
-"¿Alguna vez han visto a una calva más feliz que yo?"-
Esa pregunta se la hizo a las enfermeras encargadas del cuarto piso del Centro de Oncología de la Clínica del Country, mientras reía y con ternura abrazaba a la doctora que algún día mandó a callar.
Un año después
Ya pasó casi un año desde que a mi madre se le hizo una cirugía en el seno derecho para extraer un tumor maligno. Siete sesiones de quimioterapia y 25 más de radioterapia. Fue un proceso que no solamente la hizo perder más de 10 kilos y todo su pelo, sino que por momentos la derribó emocionalmente. 
La enfermedad llevó a toda la familia a derrumbarse en un instante. Sin embargo, la fe y la unión nos llevaron a esa carrera por el más preciado de los tesoros, la vida.
Ella recuperó su vida y de paso la de la familia. Su energía es más fuerte que antes de la enfermedad y ni mencionar las ganas de luchar cada segundo.
El cáncer es una enfermedad en ocasiones lenta y en otras, más rápida de lo que podemos imaginar y desear. 
La cirugía, quimioterapia y radioterapia no garantizan que la carrera por la vida se haya ganado aún, pues los riesgos de que regrese sí existen.
Sin embargo, lo que a ella le permitió entrar en esa carrera por la vida, fue detectar la enfermedad cuando apenas estaba comenzando.
En su caso, fue por suerte. Pero la realidad es que no en todas las ocasiones se tiene ese golpe del destino afortunado. Hombres y mujeres debemos estar pendientes de los exámenes médicos y síntomas que  pueden encender una alarma que salve su vida.
* * *

Mensaje de Olga Lucía a las mujeres
Quiero dar testimonio, como una persona que ya acabo ese proceso y que gracias al amor de su familia y despues de muchos altibajos emocionales, ha logrado salir adelante.
Niñas, jovenes, señoras. Quiero que mi historia sirva para resaltar que cuando una enfermedad dificil como el cancer es detectada a tiempo, si es posible salir adelante.
Para eso debemos aceptar nuestra enfermedad para poder colaborar en el proceso que viene.
Tuve muchos momentos de histeria con la vida, Dios, y todo lo que me rodea. Pero el tiempo, el refugio en mi familia y la fe, me permitieron no solamente sacar fuerzas para cada secion de quimio terapia y radio terapia, sino, tambien dejarlo como un recuerdo de reflexion y de vida.
Mi esposo e hijos fueron la base para que yo saliera adelante. Además tengo la suerte de tener a mi papi y a mi mami, hermanas y sobrinos que me acompañaron y soportaron mi mal genio en todo ese tiempo. Mi actitud cambió al ir profundizando en el proceso.
Quiero despedirme diciéndole esto a las todas las mujeres: La enfermedad aunque tiende a atacar a personas de ciertas edades, es un mal que no tiene corazon y puede inclusive  llegar a una niña, como lo leí en estos días en el periódico.
Debemos estar pendientes del auto examen, llendo al medico y cumpliendo sus instrucciones al pie de la letra. Hay que prevenir esta enfermedad, pues aunque suene repetitiva, si es detectada a tiempo, lo tienes todo a tu favor.

Magnitud del problema: información útil para prevenir el cáncer (Información de la Liga contra el Cáncer)
La probabilidad de que una mujer desarrolle cáncer invasivo del seno durante su vida es de 1 en 16. La probabilidad de morir por cáncer del seno es de aproximadamente 1 en 50. Las tasas de mortalidad del cáncer del seno han estado aumentando más del doble en los últimos 30 años en el país.
Mientras más temprano se detecte el cáncer del seno, mejores son las probabilidades de que el tratamiento tenga éxito.
El propósito es la detección de los cánceres antes de que generen síntomas. El tamaño del tumor canceroso en el seno y el grado de propagación son los factores más importantes en determinar la perspectiva del paciente.
Factores de riesgo no modificables
Sexo: el sólo hecho de ser mujer es el factor de riesgo principal de cáncer del seno. Aun cuando los hombres también pueden desarrollar la enfermedad, resulta 100 veces más común entre las mujeres.
Edad: las probabilidades de contraer cáncer del seno aumentan a medida que la mujer avanza en edad.
Factores de riesgo genéticos: aproximadamente de 5 a 10 por ciento de los casos de cáncer del seno está relacionado con cambios (mutaciones) en ciertos genes. Los cambios genéticos más comunes son los cambios en los genes BRCA 1 y BRCA 2. Las mujeres con estos cambios genéticos presentan hasta un 80 por ciento de probabilidad de desarrollar cáncer del seno durante sus vidas. Otros cambios genéticos pudieran también aumentar el riesgo de cáncer del seno.
Antecedentes familiares: el riesgo de cáncer del seno es mayor entre las mujeres cuyos parientes consanguíneos cercanos desarrollaron esta condición. Estos parientes pueden ser tanto del lado de la familia de la madre como de la del padre. El que su madre, hermana o hija padezca de cáncer del seno casi duplica el riesgo de una mujer.
Antecedentes personales de cáncer del seno: una mujer que tenga cáncer en un seno tiene mayores probabilidades de tener un nuevo cáncer en el otro seno o en otra parte del mismo seno. Esto no es lo mismo que la recaída del primer cáncer, llamada recurrencia o recaída.
Raza: las mujeres de raza blanca tienen ligeramente mayores probabilidades de padecer de cáncer del seno.
Antecedentes de biopsia del seno anormal: ciertos tipos de resultados anormales de una biopsia pueden asociarse con un riesgo ligeramente más alto de cáncer del seno.
Antecedentes de tratamientos con radiación: las mujeres que recibieron tratamiento con radiación en el área del tórax (pecho) cuando eran niñas o jóvenes tienen un riesgo más alto de cáncer del seno.
Períodos menstruales: las mujeres que comenzaron sus períodos a una edad temprana (antes de los 12 años), o que experimentaron la menopausia después de los 55 años de edad, tienen un riesgo ligeramente más alto de cáncer del seno.
Tratamiento con dietilestilbestrol durante algún embarazo
Mujeres que no han tenido hijos: las mujeres que no han tenido hijos o aquéllas que tuvieron su primer hijo después de los 30 años, tienen un riesgo ligeramente mayor de padecer cáncer del seno. El haber tenido más de un embarazo a una edad joven reduce el riesgo.
Píldoras anticonceptivas: aún no está claro qué papel representan las píldoras anticonceptivas en el riesgo de cáncer del seno. En algunos estudios se encontró que las mujeres que usan ahora píldoras anticonceptivas tienen un riesgo ligeramente mayor de cáncer del seno. Las mujeres que dejaron de usar la píldora hace más de diez años no aparentan tener un mayor riesgo.
Terapia de reemplazo hormonal: el uso a largo plazo (varios años o más) de la terapia de reemplazo hormonal combinada (estrógenos junto con progesterona) después de la menopausia, puede aumentar ligeramente el riesgo de cáncer del seno, así como el riesgo de enfermedad cardiaca, coágulos sanguíneos y embolias cerebrales.
Los cánceres del seno son también encontrados en una etapa más avanzada, tal vez debido a que la HRT parece reducir la efectividad de las mamografías. El riesgo de cáncer del seno parece regresar a lo normal cinco años después de suspender la HRT. El estrógeno solo (ERT) no parece aumentar tanto el riesgo de cáncer del seno. Algunos estudios han sugerido que no aumenta el riesgo en lo absoluto.
Lactancia y embarazo: algunos estudios indican que la lactancia (el amamantar) reduce ligeramente el riesgo de cáncer del seno, especialmente si el tiempo de lactancia es de 18 a 24 meses. Un estudio reveló que el tener más hijos y la lactancia durante un plazo mayor podría reducir a la mitad el riesgo de cáncer del seno.
Alcohol: el consumo de alcohol está claramente relacionado con un ligero aumento en el riesgo de cáncer del seno.
Dieta: el sobrepeso se asocia con un riesgo más alto de cáncer del seno, especialmente para las mujeres después de la menopausia y si el aumento de peso ha ocurrido en la edad adulta. Además, el riesgo parece ser mayor si la grasa adicional se encuentra en el área de la cintura.
Ejercicio: estudios ha demostrado que el ejercicio reduce el riesgo de cáncer del seno. Desde una hora y quince minutos hasta dos horas y media de caminata a la semana puede reducir el riesgo por un 18%.
Para obtener más información sobre prevención  y todo lo relacionado con el cancer de seno, siga al siguiente link. 
http://www.ligacontraelcancer.com.co/tiposcancerdeseno.php

JUAN PABLO GAITÁN
Pontificia Universidad Javeriana
Para Tiempo Universitario

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