martes, 31 de mayo de 2011

HISTORIA DEL PERIODISMO: 1-DIFUSIÓN DE IDEAS INDEPENDENTISTAS 2- NACIONALISMO Y CONCIENCIA NACIONAL (LA PRIMERA REPÚBLICA) 3– LIBERALES Y CONSERVADORES EN EL PERIODISMO.


HISTORIA DEL PERIODISMO: 1-DIFUSIÓN DE IDEAS INDEPENDENTISTAS 2- NACIONALISMO Y CONCIENCIA NACIONAL (LA PRIMERA REPÚBLICA) 3– LIBERALES Y CONSERVADORES EN EL PERIODISMO.


Primera etapa: los años anteriores a la independencia de 1810. (Un periodismo emprendedor a la ideología de independencia.)
El año 1808 fue trascendental en el camino a la independencia, y aunque fue años antes que se inició con ese pensamiento, se tendrá como referencia el año mencionado pues como indica Renán Silva  “…1808, año en que la libertad de imprenta y de prensa aparecen como conquistas que anuncian el advenimiento de una nueva sociedad.”[1] Es un momento esencial para el compromiso de aquellos seres que se permitieron pensar en un futuro diferente al que se venía viviendo desde los años seguidos a la conquista española, es un soplo de lucha y encaminado triunfo al fortalecimiento de la ideología independentista;  aquella que permitió la unión de un pueblo caído en el sometimiento ante unos seres “más poderosos” y recorridos.
¿El papel que desempeñaron  el periódico y su progenitor (el periodista), fue trascendental en estos años previos a la independencia del territorio Colombiano? Si bien partimos de aceptar que no fueron los únicos factores o cartas en la mesa para la independencia, debemos al menos por un momento, unificarlos y observarlos como a uno sólo, al creador (periodista), mensaje (ideología de independencia) y herramienta (periódico), para entenderlos como “superficies  de emergencia y formación”  como los expone Silva; para poder llegar a percibir esta primera etapa del periodismo como un reflejo de lo que se formaría con el paso de los años y fortalecerse como utensilio de crítica social y política.
Luego de advertir al periodismo y sus claras raíces en la crítica al mundo que le envuelve, es de alto valor manifestar el rol que  éste dejaba a sus lectores, a la “minoría ilustrada”, pues ellos tendrían una labor social y debían orientarse como figuras en conducta de transformación social, que aglutinaran a la “muchedumbre” en una misma causa; lo que lleva  a la ovación por la manera en que actuaba la humanidad= sociedad, en una alta proporción de reacciones en cadena atacando desde los altos sectores y pudientes  personajes de la intelectualidad que pudiesen hacer posible una revolución, y desde ahí embestir a la masa o muchedumbre que muy bien queda consignada por Francisco A. Zea “ los intelectuales son los que ponen en movimiento ese vasto cuerpo de mil brazos que ejecuta cuando le sugieren, pero que no sabe obrar por sí mismo.”[2]
Al punto de lo mencionado se llega a comprender el oficio del periodista como un complemento de toda la rama  de los intelectuales, encaminado al compromiso y labor social, aquello mencionado anteriormente y conocido como “la teoría social de las generaciones intelectuales inmediatamente anteriores a la independencia”. Una tarea emprendedora y fortificante hacia una batallada por una soberanía, que fue ayudada en una elemental parte por el lapso en el que  el periódico comienza a brotar los “intereses generales”  y su directa insinuación al patriotismo. El reclamo que genera el periodismo se expresa en su grito (el periódico), que se puede interpretar como el que acumuló fuerzas para la disputa de la jurisdicción del territorio colombiano. Adyacente podemos encontrar más elementos  posibilitadores de todo éste proceso, que funcionaron como catalizador en esta revolución, entre ellos se encuentran las “sociedades literarias, legales y semiclandestinas  fue un soporte organizativo que sirvió  a la amplia difusión del papel periódico,  transformando su lectura en un acto colectivo, con todo lo que ello significa, generando una relación activa entre el periódico y su publico.”[3]  Posteriormente no se puede ignorar el crecimiento pacificado de “la minoría ilustrada” y por su labor inductora a los intereses generales de los que se ha hecho mención, se puede inferir que la visión que se tenía del periodismo era positiva frente a todos aquellos que deseaban una liberación de la emancipación de la corona española.

Segunda etapa: los años seguidos a la revolución de 1810, hasta 1830 la disolución de la Gran Colombia (un periodismo en busca de un espíritu nacional)
Luego de la liberación de la Nueva Granada, Venezuela y Quito; el libertador Simón Bolívar se dio la tarea de fundar en los hombres la unidad y un amor por una misma patria (La Gran Colombia), por su estricta convicción de la necesidad de una conciencia nacional para poder afrontar los retos de un estado en formación.
“Para formar un Gobierno estable se requiere la base de un espíritu nacional, (…) el amor a la patria el amor a las leyes, el amor a los magistrados, son las nobles pasiones que deben absorber exclusivamente el alma de un republicano…”[4]
Esas finas palabras fueron proclamadas por el libertador en el discurso de apertura del congreso de Angostura en el 15 de febrero de 1819; y en una mirada parcial se puede comprender como cumplir con ese sueño, fue la ocupación del periodismo de aquellos años, u al menos de los que trazaban huella en los periódicos oficiales tales como La Gaceta de Colombia, que  jugaría un papel importante durante su continuación.
…Las pasiones, los intereses privados todos se han estrellado contra las virtudes de los representantes. Olvidaos del pequeño lugar en que, por primera vez vieron la luz del día, ellos no se han acordado sino de que son Colombianos desde el momento mismo en que se verificó la unión…”[5]
Las muestras en periódicos oficiales de la búsqueda de la ilusión de Bolívar, exponen también el arma principal para esta anhelada unificación; una maniobra que se puede resumir en el conocido refrán “el enemigo de mi enemigo, es mi amigo.”  Pues tanto los venezolanos como los neogranadinos sentían esa desgana hacia los españoles. Esto se podría llegar a ver como estrategias comunicativas del gobierno, en conjunto a sus periódicos oficiales; estas  se utilizan desde hace casi doscientos años en el los territorios señalados. ¿Cómo lo hacían? La respuesta  es atractiva, pues en los periódicos se publicaban las “alocuciones, proclamas y salutaciones” y de esa manera se estaba intentando  simultáneamente cumplir con la fortificación de la Gran Colombia, y con la necesidad informativa de la población, para llegar a todos sus sectores. Adyacente es importante indicar  que el aspecto de lo militar era muy importante, y el engrandecimiento de los hechos y victorias cometidas por el ejército del libertador, debían ser causa de orgullo patrio e incremento de amor, nacionalismo y conciencia nacional  así como lo muestra una publicación de las proclamas de Bolívar  en La Gaceta de Colombia.
“COLOMBIANOS: del Orinoco al Desaguadero  habéis marchado en triunfo; dos naciones os deben su existencia; vuestras armas las ha destinado la victoria para garantír la libertad del nuevo mundo.”[6]
Pero ¿Qué estaba ocurriendo en la prensa no oficial del territorio de la Gran Colombia? Para llegar a este punto cardinal en la historia del periodismo, es significativo destacar que el sentimiento de amor por la patria, la conciencia nacional y los demás mecanismos por los que trabajaron los periódicos oficiales, sólo duraron una corta temporada que fue encabezada por lo ya mencionado “del enemigo en común”, y lo que se venía era el renacer de los regionalismos, un ejemplo es cuando “los ataques contra el gobierno central se hicieron públicamente en la prensa venezolana de oposición.”[7] Y lo que pareciere iniciarse ahí es una guerra de mensajes a través del periodismo escrito, pues se ve como la prensa vinculada al gobierno central, le responde a los personajes liberales vinculados con la prensa Venezolana, y les tilda de “godos” secuaces de España. “En Caracas dice el Cometa que las legaciones son para los hijos del interior; el Chasqui Bogotano le vuelve la pelota y se queja á su turno: otros periódicos hablan en el mismo sentido por su respectiva provincia…”[8]
“A partir de 1826 ya no existía una solidaridad suprarregional, un sentimiento nacional Colombiano.”
Lo poco que se había avanzado en la solidificación de la Gran Colombia, se ve derrumbado por completo en 1826, año donde sin importar si fuese venezolano, ecuatoriano o neogranadino, se percibían como “extranjeros” los unos a los otros. Y la disolución de la confederación de la gran patria, se consuma con la separación de Venezuela el 17 de noviembre de 1829 y de ecuador el 13 de Mayo de 1830.
Una vez terminado el recorrido por la segunda etapa (1810-1830), se puede comprender el oficio del periodista como el seguimiento y la consolidación en sus bases puramente intelectuales, para el apoyo inmediato y sólido de las perspectivas repartidas por la ideología manejada por el hombre que escribe. Además es justo tener en cuenta que su participación es de suma importancia pues los documentos escritos son fuente de historia y permiten conocer el pasado para comprender la línea crítica  que ya fue mencionada del periodismo; y no solo el aspecto crítico sino su profundización y respaldo ya sugeridos como aspecto incluyente de un público que debe seguir creciendo, pues en esos años la prensa era aceptada por nuevas audiencias.


Tercera etapa: lucha entre liberales y conservadores (un periodismo polarizado) segunda mitad del siglo XIX a inicios del XX.
Después de distinguir la disolución de la Gran Colombia, en el territorio neogranadino se sigue un desarrollo que ya se venía llegar con el periodismo. ¿Qué tipo de desarrollo? El claro fortalecimiento del partido liberal con el respaldo del periodismo de esa línea ideológica y política.
El Neogranadino nació para ser el mesurado y decidido expositor del proyecto liberal modernizador  que se insinuaba desde los últimos días del gobierno de Mosquera y que se encumbró categóricamente con su sucesor, el general José Hilario López.”[9]
Por el otro lado se encontraba la fundación en el año 1848 del periódico “El Nacional” junto a la formación del partido conservador y sus experimentados ideólogos Marian Ospina Rodríguez y José Eusebio Caro.
En este espacio se mencionará la clara polarización de los dos principales partidos políticos, que hasta el día de hoy han acompañado la historia nacional. El partido Liberal y el Conservador y sin importar que fuera el partido azul el que fundó un año antes su periódico “El Nacional”, quienes más se destacarían en los siguientes años serían los liberales con “El Neogranadino”. 
La prensa se pensaba como la parte más emprendedora de la organización ideológica, y puede ser vista como una linealidad en su historia; es por eso que es importante mencionar que desde la mitad del siglo XIX cuando las organizaciones políticas comprendieron su importancia, los conservadores estaban bastante atrasados con la imprenta oficial, pues estaba vieja y no tenía punto de comparación con la utilizada por los liberales.
“…Sabía que el periódico podía ser simultáneamente  vehículo de instrucción popular, de educación política, de boletín económico, de tribuna fiscalizadora, de órgano impulsor de la iniciativa privada…”[10]
Es por eso que la ayuda de Ancízar fue agradecida por el gobierno de Mosquera, pues ya había muchos periódicos de oposición circulando, y debían tener alguna manera de defenderse ante la opinión pública. Ya que se ha mencionado a la “opinión pública” se debe tener en cuenta que para ése entonces ése era un territorio prácticamente virgen, pues aún había miedo desde el punto político, llegar a ser directamente persuasivo desde la prensa. Punto que los liberales comenzaron a tratar.
“El neogranadino, en la mitad del siglo XIX, es prueba de las transformaciones en la esfera política, de la cualificación de los medios de búsqueda de una opinión pública afín con un proyecto modernizador liberal.”[11]
Con esto se tenía como objetivo atraer el carácter político público, y conseguir nuevos seguidores que protegieran los ideales presentados en los periódicos.
Ahora acercándonos al final del trabajo, es muy interesante tratar el tema de la “gráfica crítica” entre 1886 y 1900. Pues es un respaldo al periodismo escrito, ya que es la incorporación del  dibujo al periódico. Y partiendo del notorio dicho “una imagen vale más que mil palabras” se puede hablar de involucrar nuevas audiencias, e incrementar su popularidad.
Uribe Ángel definió a la caricatura de la siguiente manera: “juguetona y  traviesa, calumniadora de cuando en cuando, peligrosa, que al mismo tiempo  sirve a la verdad y es la gran educadora del mundo.”[12]
Unos de los fundamentos críticos de la caricatura, era la denuncia a la falta de libertad y hacer burla de la censura, es por ello que decidí mencionarlo y agruparlo con la labor crítica y denunciante del periodismo. (Muchos periódicos que tenían la sección de caricaturas fueron cerrados por la censura; por eso un periódico moría y otro nacía.) “El tema más importante que tratan los periódicos de greñas es el de la libertad de prensa.”[13]
Y una vez mencionado el tema de las caricaturas, se puede dar paso al final del trabajo y matizar el periodismo y su oficio como la linealidad de la que se ha hablado en las páginas anteriores. Desde los años preliminares a la revolución de 1810  en donde se impulsaron los pensamientos y la ideología independentista, para llegar a la corta duración de la Gran Colombia, y el impulso de los periódicos oficiales (Gaceta de Colombia) en busca de la unidad de los desiguales territorios de Venezuela, Ecuador y la Nueva Granada, (hoy marzo del presente año 2008 son más visibles las discrepancias ideológicas de los “pueblos hermanos”) y finalmente desde la segunda mitad del siglo XIX hasta el XX, en donde la polarización de los periódicos, es notoria, pero siempre haciendo uso de la caracterización del periodismo LA CRÍTICA a su oposición.


BIBLIOGRAFÍA:
1.     Silva Renán, EL PERIODISMO Y LA PRENSA A FINALES DEL SIGLO XVIII Y PRINCIPIO DEL XIX EN COLOMBIA, 2002,
2.    Cuarta Parte, Nacionalismo y conciencia Nacional en la segunda fase del movimiento independentista 1819-1830
3.     Gonzales Beatriz, Gráfica Crítica entre 1886 y 1900, Medios y Nación. Pág. 165
4.      




[1] Silva Renán, EL PERIODISMO Y LA PRENSA A FINALES DEL SIGLO XVIII Y PRINCIPIO DEL XIX EN COLOMBIA, 2002, PÁG. 4
[2] Silva Renán,                                                                                                                                          pág. 35
[3] Ibídem pág. 40
[4] Cuarta Parte, Nacionalismo y conciencia Nacional en la segunda fase del movimiento independentista 1819-1830,  Pág. 329
[5] Gaceta de Colombia No 12, del 14 de Octubre de 1821.
[6] Proclamas de Bolívar del 25 de diciembre de 1824 y de sucre a los soldados el 10 de diciembre del mismo año, ambas publicadas en la Gaceta de Colombia NI, 173, del 6 de febrero de 1825.
[7] Cuarta Parte, Nacionalismo y conciencia Nacional en la segunda fase del movimiento independentista 1819-1830,  Pág. 393
[8] Gaceta de Colombia No. 238 del 7 de mayo de 1826
[9] Cano Loaiza Gilberto, el neogranadino y la organización de hegemonías contribución a la historia del periodismo Colombiano.  Pág. 75
[10] Ibíd. Pág. 69
[11] Ibíd. Pág. (introducción)
[12] Gonzales Beatriz, Gráfica Crítica entre 1886 y 1900, Medios y Nación. Pág. 165
[13] Ibíd. Pág. 168

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