Parece que nada puede detener a los bandidos involucrados
LOS SECRETOS DEL IMEI
Por Juan Pablo Gaitán
El hurto de celulares es uno de los delitos que más afecta a los bogotanos y las mañas inventadas por los ladrones, superan las estrategias de la policía y de compañías móviles.
El numero IMEI parecía ser una forma de combatir el hurto de celulares en Bogotá. Sin embargo, las destrezas criminales y sus estructuras multinacionales no ceden ante las estrategias que pretenden enfrentarlos.
Escuchar la historia de una persona a la que atracaron para robarle el celular no sorprende a nadie en la capital de la república. Sin embargo, la situación cambia cuando a un mismo hombre le roban tres celulares en apenas ocho meses.
Ese es el caso del abogado, Andrés Felipe Ferreira, a quién lo amenazaron en la carrera 15 con calle 86 para quitarle su BlackBerry, en Agosto de 2010. Tres meses después lo despojaron de su nuevo aparato en un reconocido bar de la zona T. Y en los últimos días de Marzo de 2011, lo volvieron a atracar, esta vez muy cerca a su oficina que se encuentra sobre la calle 26.
Esta víctima de la inseguridad en Bogotá, considera que los hurtos de celulares en gran medida, se deben a “que en Colombia no hay leyes fuertes contra este tipo de delitos y más aún, si la gente no los denuncia”.
El numero IMEI
“Todo Smartphone posee una identificación que es única e irrepetible”, explicó a esta publicación Isabel Calderón, Experta en tecnología celular de la empresa Comcel. Expuso que es la mejor forma para identificar cualquier celular y “además, es gracias a él que nosotros podemos desactivar un equipo robado”.
Según Calderón, el usuario al que le roban un celular tiene el derecho de pedirle a la empresa de telefonía móvil que le presta el servicio, que utilice este número para estropear por completo la identidad del celular y de esa manera los ladrones no puedan utilizarlos.
Es por esto que muchos usuarios se consuelan pensando que el ladrón no podrá sacar provecho de su aparato. Ése es el caso de Ana María Charry, estudiante universitaria a la que le robaron el teléfono móvil hace dos semanas en la calle 85 con carrera 14 a la 1:30 de la mañana.
“El Domingo madrugué a llamar a Comcel para cancelar mi celular y además pedirles que utilizaran mi numero IMEI para que no les sirva de nada a los ladrones”.
Si el equipo queda dañado por completo, ese número podría ser una verdadera estrategia para enfrentar el hurto de celulares, no sólo en Bogotá, sino en el mundo entero. Sin embargo, Oscar Latorre, un hombre que se dedica a liberar estos equipos en el centro de Bogotá, explicó por qué el número IMEI no funciona para interrumpir el robo de éstos. Expuso que cuando una empresa utiliza el numero IMEI para bloquear el equipo “o dañarlo” como las compañías aseguran, “hacen que dejarlos listo para utilizarlos sea más complicado, pero no imposible”.
Latorre manifestó que cuando se utiliza el numero IMEI después de que ha sido robado un celular, “su identidad está dañada en el país” y no cualquier persona puede realizar los procedimientos necesarios para darle una nueva. Sin embargo, en la calle 13 con Caracas en el centro comercialLas Avenidas, se ingenian para traficar con las tarjetas que contienen la identidad de los celulares robados en países vecinos, y simplemente insertándola y haciendo un par de conexiones en los aparatos que fueron robados en Bogotá, quedan listos para utilizarlos de nuevo.
Según Latorre existen dos formas principales para hacer que un celular robado pueda funcionar: La primera es “abrir las bandas” y se realiza cuando un dispositivo móvil está inscrito con una empresa y se quiere trasladar a otra y todo lo que se necesita es un programa que se consigue por internet. La segunda, es trasladar la identidad de un celular que fue hurtado en otro país a un aparato robado en Bogotá o viceversa.
Los dispositivos robados pueden volver a funcionar cuando se les proporciona la identidad de un celular que viene de otro país. Por esta razón, algunos de los celulares que venden en el centro comercial Las Avenidas, vienen con las fotos y toda la información del antiguo dueño, quién posiblemente vive en Ecuador o Venezuela. |
Las víctimas no denuncian
El robo de celulares cruza las fronteras y es un mercado negro que deja grandes ganancias económicas a los criminales involucrados. Pues un aparato que en el mercado cuesta 700.000 pesos y después de ser robado y revendido a un almacén, deja una inversión mínima y un riesgo casi nulo para los delincuentes.
El abogado Ferreira, aseguró que la gente no denuncia este tipo de casos porque no creen que la justicia pueda hacer algo frente a estos temas, y a los demás no les interesa hacerlo.
“No pienso hacer una denuncia ante la policía. No me interesa. No sirve para nada y todos lo sabemos”, comentó Paola Palacios, estudiante Universitaria a la que le robaron el BlackBerry hace algunas semanas. |
Y la policía ¿qué hace?
A la incredulidad en la policía, hay que agregar que son pocos los controles que se realizan a estos establecimientos y además, existe complicidad entre algunos agentes, así como pudo comprobarse durante una visita al centro comercial, Las Avenidas, en la que se pudo observar a algunos miembros de la policía metropolitana de Bogotá comprando celulares robados.
Según el subintendente Diego Cantor, de la SIJIN, a estos establecimientos se les debe “realizar constantes controles, verificar los antecedentes, comprobar los documentos de soporte de compra de las mercancías” y además, realizar procedimientos masivos en los que la policía entre a todos los almacenes al mismo tiempo, para que no escondan los elementos hurtados.
Pero la verdad es diferente, “los controles son muy pocos” asegura Oscar González, ciudadano que visita con frecuencia estos lugares por su trabajo y se encuentra preocupado por la inseguridad en la capital.
Un gobierno intranquilo
Frente al preocupante número de hurtos de celular en la capital, el gobierno presentó al congreso un proyecto de ley que busca una solución. En la aspiración se pretende penalizar a todos los involucrados en la cadena de robo de celulares. Además, se quiere hacer una campaña para invitar a las víctimas a que denuncien el hurto de sus teléfonos móviles y se buscará la cooperación entre países vecinos y sus respectivas empresas de telefonía móvil para crear bases de datos de los teléfonos robados y de esa manera que no puedan ser reutilizados en ninguna parte.
Mientras el congreso debate el proyecto de ley, los bogotanos siguen siendo afectados pues las cifras demuestran que cada vez hay más hurtos de celular en la ciudad. Según la Asociación de Empresas de Telefonía Celular, (ASOCEL) en 2009 hubo 2,1 millones de celulares robados y en 2010, la cifra ascendió a tres millones. Y por ahora en 2011, según el alcalde mayor de Bogotá, Samuel Moreno, y el comandante de la policía de Bogotá,General Francisco Patiño, lo que está incrementando es la percepción de inseguridad de los ciudadanos.
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